Transformación de vehículos a GLP

Dentro del Plan aprobado por el gobierno llamado “Estrategia de impulso del vehículo con energías alternativas (VEA) en España (2014-2020)”, se establecía que en 2020 los coches con 13 años o más deberán utilizar un combustible alternativo a los tradicionales para evitar la emisión de gases nocivos a la atmósfera.

En 2016 se invirtieron 750 millones de euros en el sector industrial de los que una buena parte irán destinados a los vehículos con energías alternativas en tres puntos bien diferenciados:

• Impulso de los procesos de industrialización de este tipo de vehículos y los suministros necesarios.
• Fomento de la demanda para construir un mercado nacional sólido
• Construir una red de infraestructuras para cubrir las necesidades de los usuarios

Son varias las energías alternativas que se están desarrollando en la industria automovilística para sustituir al petróleo, por ejemplo el coche de hidrógeno. Esta opción tiene el hándicap del precio, que continúa siendo muy elevado, aunque en los últimos años se ha reducido casi a la mitad. Se espera que en 2020 el precio de estos vehículos se equipare con los tradicionales y haya un parque de 3.000 vehículos.

Otra alternativa al coche tradicional es el vehículo eléctrico, que está generando una gran demanda y los fabricantes prevén que en el año 2020 el parque automovilístico pase de 10.000 vehículos a 150.000. A pesar de que el precio final se encarece entre un 30-40%, la inversión se recupera en poco tiempo dado el bajo consumo «alrededor de 2€ cada 100kms». El único inconveniente de este tipo de vehículos es la autonomía y las infraestructuras necesarias para que los usuarios puedan recargar las baterías.

El GPL como energía alternativa

Pero quizá de todas las energías alternativas, el GLP (Gas Licuado de Petróleo), o también denominado autogás, parece ser la opción más factible en estos momentos. Se trata de una mezcla de propano y butano disueltos en petróleo. El coste en relación a la gasolina es aproximadamente la mitad y contamina mucho menos. Emite un 15% menos de CO2 y entre un 70 y un 90% menos de óxido de nitrógeno. En la actualidad, más de 25 millones de vehículos utilizan el gas licuado en todo el mundo.

La conversión de un vehículo con combustible tradicional a GLP no es complicada y su precio oscila entre los 1.000€ y 2.000€. Tan solo se debe habilitar un depósito específico para la carga del gas en el maletero, así como los conductos y válvulas pertinentes para abrir y cerrar el paso de gas o gasolina según se utilice uno u otro carburante.

Un aspecto importante es que la conversión solo se puede efectuar en vehículos que funcionen con gasolina, no está disponible para vehículos diésel. Pero hay que decir que cada vez son más los fabricantes que ya traen de fábrica vehículos con la posibilidad de utilizar GLP o gasolina.
Quizá el único problema es el número reducido de estaciones de servicio que dispensan gas licuado (unas 500 en España), pero en caso de no encontrar ninguna en nuestro viaje siempre podemos repostar con gasolina, aunque es cierto que el GLP sale mucho más económico. Se estima un ahorro del 40% cuando se circula con el gas licuado.

En MasQRenting seguimos atentos a todas las novedades de las energías renovables en el sector de la automoción, ya que sin duda en los próximos años nos ofrecerá múltiples alternativas para elegir la mejor opción según las necesidades de los usuarios, ya sean empresas o particulares, y en nuestro caso adaptaremos nuestra oferta con el objetivo de diseñar las flotas más competitivas para nuestros clientes.

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