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En primavera es habitual que llueva más que en otras épocas del año. Si en invierno hay que estar atentos a la nieve y las placas de hielo que se forman en la carretera, durante los meses de marzo, abril y mayo el agua es la principal adversidad climatológica a la que nos enfrentaremos a la hora de coger el coche.
La lluvia en sí no es peligrosa, lo que puede ser un problema son las balsas de agua que se forman en algunos tramos del asfalto. Por ello tenemos que tener en cuenta una serie de factores que afectan a la conducción como que la visibilidad se reduce, la distancia de seguridad aumenta y a la hora de frenar necesitamos una mayor distancia.
También en estas épocas del año tenemos que cambiar nuestra forma de conducir. Sobre todo debemos conducir con sentido común y cuidar el mantenimiento del coche, ya que a la hora de conducir sobre mojado los neumáticos sin de vital importancia.
El aquaplaning es un efecto que se produce cuando nuestro coche atraviesa una zona con acumulación de agua y los neumáticos no pueden evacuar toda el agua concentrada. En ese momento se pierde la tracción y el control del vehículo, lo que provoca que el vehículo se deslice sobre la superficie del agua.
Además del agua, uno de los principales factores que influyen en que se dé el aquaplaning es el estado de los neumáticos. Unas gomas nuevas con una banda de rodadura de 3 milímetros conservan algo más del 80% de su capacidad de evacuación de agua y es capaz de evacuar hasta 30 litros por segundo a una velocidad de 80 km/h. En caso de tener unos neumáticos gastados hasta el mínimo legal, 1,6 milímetros, la capacidad de desplazar el agua se reduce a cerca del 50%.
La primera forma de evitar el aquaplaning es teniendo unos neumáticos en buen estado. Es el primer paso para evitar sustos en día de agua y lluvia. La segunda forma de reducir este patinaje y pérdida del control del coche es reduciendo la velocidad al circular.
En caso de que se produzca este fenómeno, debemos soltar el acelerador, no pisar el freno y no mover el volante. En el momento que el coche salga de la balsa de agua volverá a tener tracción y volveremos a tener el control del coche. En caso de que haya un riesgo de accidente sí que usaremos los frenos suavemente, ya que habitualmente las ruedas de atrás sí que tienen un cierto agarre para reducir la velocidad.
Este tipo de situaciones se pueden evitar en la carretera, en este caso con unas ruedas en buen estado. En +QRenting sabemos que la seguridad a la hora de conducir es vital e importante. Por ello en nuestros servicios de renting ofrecemos un cambio de neumáticos dentro de la cuota mensual y todos los servicios de revisión en talleres oficiales.
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